PECADOS CONTRA EL ESPIRITU SANTO
Los pecados contra el Espíritu Santo son seis y se llaman estos pecados particularmente pecados contra el Espíritu Santo, porque se cometen por pura malicia, lo que es contrario a la bondad que se atribuye al Espíritu Santo. Claro pueden ser mas pero acá esta resumida la esencia de esos pescados.
1. Desesperanza de la salvación: Ocurre cuando la persona ha pecado tanto que entra en desesperación encontrando que no hay más salvación para ella. Queda convencida de que no hay solución y que su destino es el infierno. NÓTESE QUE EN ESTE CASO LA PERSONA NO SE CONFIESA PORQUE CREE QUE NO VALE LA PENA Y QUE ESTA DEFINITIVAMENTE CONDENADA.
2. Presunción de la salvación sin merecimiento: Ocurre cuando la persona se haya tan virtuosa que piensa que ya está en el Cielo y por eso por más que haya hecho algún pecado, Dios la perdonará. Implica un sentimiento de orgullo hallando que esta salvada por lo que ya hizo en la vida. NÓTESE QUE EN ESTE CASO LA PERSONA NO SE CONFIESA PORQUE LO HAYA INNECESARIO; CREE QUE YA ESTA SALVADA.
3. Negar la verdad conocida como tal: Ocurre cuando la persona se juzga “dueña de la verdad” y por eso no cree las verdades de fe por puro orgullo. NÓTESE QUE EN ESTE CASO LA PERSONA NO SE CONFIESA PORQUE HAYA QUE ESTA CORRECTA Y QUE NO HAY NADA QUE CONFESAR. NI CONSIDERA EL PECADO DE DUDA DE LAS VERDADES DE LA FE O ASÍ MISMO NEGAR LAS VERDADES DE LA FE. LA PERSONA ENCUENTRA QUE ESTA CORRECTA Y QUE ESA CERTEZA ES ABSOLUTA. CONSIDERA QUE SABE MAS QUE LA MISMA IGLESIA Y CON ESO NIEGA QUE EL ESPÍRITU SANTO AUXILIA AL SAGRADO MAGISTERIO DE LA IGLESIA.
4. La envidia de la gracia fraterna: Ocurre cuando las personas tienen envidia de la gracia que Dios da a otro. El envidioso se enoja porque su prójimo alcanzó algo bueno y por eso se rebela contra Dios. Es el caso de Caín y Abel. Caín mató a Abel por envidia. NÓTESE QUE EN ESTE CASO LA PERSONA NO SE CONFIESA PORQUE SE REVELA CONTRA DIOS Y NO TIENE ARREPENTIMIENTO EN SU CORAZÓN.
5. La obstinación en el pecado: Es quien peca no por debilidad, sino por malicia. Peca no simplemente porque tuvo una tentación, sino porque AMA pecar. AHORA, SI AMA PECAR, NO SE CONFIESA, PORQUE QUIERE CONTINUAR EN EL PECADO.
6. La impenitencia final: No es difícil de entender este pecado, pues una persona que viene pecando la vida entera, al final de su existencia continúa siendo impenitente y no arrepintiéndose de todo lo que hizo de malo. Es el supremo y final rechazo a Dios. Aunque estando al final de la vida y sabiendo que va a morir, la persona no quiere cambiar de vida. ESTA NO SE CONFIESA PORQUE RECHAZA A DIOS HASTA EN ESTA HORA EXTREMA.
Pecados contra el Espíritu Santo
Desesperación de salvarse
La presunción de salvarse sin merecimientos
La impugnación de la verdad conocida
La envidia o pesar de la gracia ajena
La impenitencia final
Los pecados que claman al cielo
Homicidio voluntario
Pecado impuro contra el orden de la naturaleza
Opresión del pobre, de la viuda y del huérfano
La defraudación o retención injusta del jornal del trabajador.
El pecado que no Tiene Perdón
Leemos en las Sagradas Escrituras: "El que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón nunca, antes bien será reo de pecado eterno" (Mc 3,29; Cf. Mt 12:32; Lc 12:10).
¿Por qué la blasfemia contra el Espíritu Santo es imperdonable? Porque se trata del rechazo radical a la gracia que Dios ofrece para la conversión. Según Santo Tomás de Aquino es un pecado “irremisible por su misma naturaleza porque excluye los elementos gracias a los cuales se concede la remisión de los pecados”. La blasfemia contra el Espíritu Santo es presumir y reivindicar el “derecho” de perseverar en el mal. Es un rechazo a al perdón y a la redención que Cristo ofrece. La blasfemia contra el Espíritu Santo es la obstinación contra Dios llevada hasta el final. Es negarse deliberadamente a recibir la misericordia divina.
Nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el # 1864: No hay límites a la misericordia de Dios, pero quien se niega deliberadamente a acoger la misericordia de Dios, mediante el arrepentimiento, rechaza el perdón de sus pecados y la salvación ofrecida por el Espíritu Santo (Cf. DV 46). Semejante endurecimiento puede conducir a la condenación final y a la perdición eterna.
El pecado contra el Espíritu Santo consiste, pues, en la negación de parte de la persona, a aceptar la salvación y el perdón dados por Dios. Cuando el corazón de una persona se obstina de tal manera que no acepta que necesita arrepentirse de sus pecados y se resiste a esta gracia, comete el pecado contra el Espíritu Santo el cual puede llevarlo al infierno. ¿Por qué? No porque la Iglesia y el Señor no puedan perdonarle, todo lo contrario, sino más bien porque la persona misma, voluntariamente ha rechazado este perdón y salvación dadas por Dios.