CUIDADO CON LAS SECTAS 1: ¿QUE HACER ANTE LAS SECTAS Y NUEVOS MOVIMIENTOS RELIGIOSOS?
+ ¿Por qué la gente se une a estos movimientos? ¿Por qué es grave el indiferentismo religioso o ateísmo práctico? ¿Por qué son peligrosas las sectas y estos nuevos movimientos religiosos o pseudo-religiosos?
El principal peligro es el espiritual, ya que -a pesar de su apariencia a veces cristiana- nos desvían del único y verdadero camino que es Cristo y de la Iglesia Católica en la que están la plenitud de los medios de salvación. Algunos de estos movimientos son más perjudiciales que otros, pues hay sectas verdaderamente destructivas no sólo a nivel espiritual, sino también a nivel físico y emocional, tales como las satánicas y algunas que sin denominarse satánicas, en la práctica lo son también. En general las sectas destructivas son grupos altamente manipuladores, que explotan a sus miembros física y/o psicológicamente, además de económicamente, usualmente cuentan con un líder que subyuga a sus miembros de manera autoritaria, utilizan técnicas de poder mental para el reclutamiento y para la disciplina autoritaria interna, convenciendo a sus miembros acerca de cómo pensar, sentir y actuar; aducen poderes especiales ocultos para la secta y para sus líderes, así como un especial estatus de alto alcance (por ejemplo una misión para salvar a la humanidad)(Catecismo de la Iglesia Católica 844).
+ ¿Por qué la gente se une a las sectas y a los movimientos pseudo-religiosos?
Algunas personas son más vulnerables que otras, bien porque estén pasando por una crisis personal o por dudas existenciales, o bien porque tengan el deseo de participar en algo significativo que valga la pena; o también porque estén en alguna necesidad económica. Sucede que el proselitismo de estos nuevos movimientos puede ser muy agresivo, convincente y adaptado a cada circunstancia, muchos tienen gran poder económico, así usan el anzuelo financiero: ayuda en dinero para captar a los nuevos miembros. Se orientan, entonces, hacia la satisfacción de “necesidades”, a veces económicas, sabiéndose aprovechar muy bien de estas dificultades de tipo financiero. A veces también se aprovechan de los problemas emocionales que pueda estar padeciendo la persona que tratan de captar, en ocasiones buscan solucionar una situación humana universal: el sufrimiento. Utilizan las miserias humanas para conseguir adeptos, el señuelo inicial suele ser emocional, no ideológico: amistad, compañía, adulación, enamoramiento, y hay algunas que utilizan el sexo para ganar adeptos (caso de los “Niños de Dios”). Ante tales y tan variados acercamientos, pocos están inmunes.
¿Por qué muchos católicos se están desviando hacia las sectas y los nuevos movimientos religiosos?
Veamos algunas causas de estas peligrosas deserciones:
Ateísmo práctico: Una de las principales causas es el ateísmo práctico que se nota en muchas personas: la gente vive como si Dios no existiera.
Indiferentismo religioso: La gran mayoría profesa y, de hecho, practica un indiferentismo religioso: da lo mismo cualquier religión o, como hemos dicho, da lo mismo no tener religión. Con ser una buena persona, basta. Pero... ¿dónde queda Dios? ¿Dónde queda la Verdad que Dios nos ha revelado?
Falta de formación cristiana en el hogar: Falta mucha formación desde el mismo hogar, formación para ser católicos y vivir como católicos. Para 1994, en Venezuela -un país mayoritariamente Católico- sólo el 7% de los padres de familia consideraban que la primera cualidad que debía inculcarse a los hijos era la fe en Dios y los valores religiosos. Hoy en día vemos los resultados: un ateísmo práctico extendido a un 50% de la población. Falta de formación cristiana en las escuelas y parroquias: Hasta las escuelas Católicas fallan en la formación religiosa, se destacan por la formación académica, pero no parecen tener una meta que contemple graduar de esas escuelas a católicos bien formados, practicantes y militantes. Por otra parte, las Parroquias no se han preparado para suplir esta deficiencia, salvo en los casos de catequesis para la Primera Comunión. Las charlas de preparación al Sacramento del Bautismo para padres y padrinos, y las preparatorias para el Matrimonio, ambas obligatorias, aunque dejan una semillita, no parecen estar surtiendo un efecto que pueda ser notorio.
Religión no -Espiritualismo sí: Además se ha ido creado un ambiente -una verdadera matriz de opinión- por la que se rechaza la religión, pero se acepta una pseudo-religiosidad que más bien es una especie de “espiritualismo” a la carta o “pseudo-religiosidad cocktail”, mediante la cual cada quien escoge lo que quiere de cualquier fuente, cristiana o pagana, religiosa o atea, verdadera o falsa, para hacerse su propio sistema de creencias.
Mala influencia de los medios de comunicación: A esta situación de a-religiosidad e indiferentismo religioso y de espiritualismo sincrético, en la que los medios escritos y electrónicos tienen una gran responsabilidad, se añade la abierta promoción de todo tipo de actividades ocultistas. Con estos patrones de pensamiento tan extendidos es fácil caer en las redes de las sectas, incluso de las expresamente satánicas.
+ ¿Por qué son graves el indiferentismo religioso y el ateísmo práctico?
Son graves porque, primeramente, ofenden a Dios, de quien dependemos hasta para cada palpitar de nuestro corazón. Si Dios se nos ha revelado, si Cristo vino a salvarnos, si nos ha prometido que el Espíritu Santo estaría con nosotros hasta el fin del mundo... si Dios nos ha hecho saber cómo desea que nos comportemos, amándolo a El primero que todo y que todos... si Cristo nos dejó Su Palabra en las Sagradas Escrituras y además fundó Su Santa Iglesia, donde podemos tener todos los medios necesarios para nuestra salvación... si el Espíritu Santo está derramando gracias de santificación para cada uno de nosotros... ¿cómo puede dar lo mismo pertenecer a cualquier religión o simplemente no creer en nada o no practicar nada? Las consecuencias de esta situación están a la vista: odio, violencia, relativismo moral, ley del más fuerte, incertidumbre e inseguridad, destrucción de la familia, deshonestidad, etc.; y lo que estamos tratando en este tema: la deserción hacia las nefastas sectas y nuevos movimientos religiosos.
+ ¿Qué podemos hacer con respecto de los Católicos no-practicantes, los ateos prácticos, los indiferentes y con los que se están desviando hacia los Nuevos Movimientos Religiosos y hacia el satanismo?
Orar: La oración es el arma más poderosa para ayudar a los que se están desviando hacia caminos peligrosísimos, pues ponen en peligro su estabilidad emocional y -lo que es más grave aún- su salvación eterna. La oración nos protege a nosotros mismos para no caer en los engaños que el demonio plantea a través de estas ideologías sectarias. Cualquiera puede ser presa de las argucias del Maligno. “El que crea estar firme, tenga cuidado de no caer” (1 Cor. 10, 12). “Velen y oren para no caer en tentación” (Mt. 26, 41). Adicionalmente, la oración nos prepara para poder evangelizar, pues la oración es la verdadera fuente de Sabiduría que nos enseña dónde está el error y dónde la Verdad; la lectura y meditación de la Palabra de Dios es una forma de oración muy provechosa. Pero el católico realmente comprometido y evangelizador debe buscar la oración de recogimiento o de contemplación, la cual es la mejor fuente de espiritualidad cristiana y el más efectivo motor para el apostolado.
+ ¿Qué es más importante: la oración o la acción?
Vida sacramental frecuente: La verdadera oración y el verdadero apostolado se sostiene por los Sacramentos, especialmente la Santa Misa y Comunión -de ser posible, diariamente- y la Confesión también frecuente para ir quitando vicios y pecados e ir creciendo en virtudes. Formarse para evangelizar: Si bien la oración constante nos ilumina para no desviarnos del Camino que es Cristo y nos instruye en Su Verdad de manera misteriosa, eso no nos excusa de estar bien informados y bien formados a través del estudio del catecismo y de la tradición de los Apóstoles, dirección espiritual tradicional, lectura de vida de Santos, cursos, sitios web católicos bien fundamentados, etc.
Obligación de evangelizar: Jesucristo quiere salvarnos, para eso precisamente se hizo Hombre y nos redimió, y no quiere que ninguno de nosotros se pierda. El siempre espera la conversión de todos y cada uno de nosotros, especialmente de los engañados. Espera, también, la conversión de los malvados, es decir, de aquéllos que responden al enemigo y que no quieren nada con Dios o que han utilizado el nombre de Dios. Jesucristo, que pudo realizar la obra de salvación sin nuestra ayuda, nos puso a nosotros, hombres y mujeres, como sus instrumentos: “Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a todos, el que crea y se bautice se salvará, el que se resista a creer se condenará” (Mc. 16, 15). Aquél que quiera salvarse y haga lo necesario para alcanzar la salvación, Dios lo salva. El que no lo quiera o no haga lo que hay que hacer para salvarse, no se salvará. Pero está en nuestras manos llevar ese mensaje de salvación que Cristo nos vino a traer, eso es evangelizar. Ahora bien, debemos recordar que la oración es la fuente de toda evangelización, no los conocimientos. Estos ayudan, pero no son los que convencen, lo que convence es la vida de Dios en nosotros, pues de esa manera, podemos ser portadores de Cristo, podemos dar testimonio de Él. Y, si esto es así, si es Dios en nosotros Quien convence, quien actúa, recordar también que es Dios el protagonista de toda evangelización, no nosotros mismos. Estar dispuestos a buscar a los descarriados: es necesario, como hizo Jesús el Buen Pastor, buscar a las ovejas descarriadas, pero es recomendable no buscarlas en forma desenfrenada y desacertada, si la oración es la fuente de todo apostolado y es Dios quien nos guía en nuestro deseo de evangelizar, Él irá poniendo las personas que Él desea salvar con nuestra oración, con nuestro testimonio, con nuestra dedicación.
Nos sorprenderemos, pero cuando el apostolado está fundado en la oración, las ovejas que el Señor nos lleva a rescatar son las más inesperadas. Usualmente el nuevo apóstol trata de convencer a sus amigos y familiares, y con frecuencia Dios quiere que le ayudemos rescatando a algunas otras ovejas que no están entre nuestras prioridades. Recordemos que Dios desea la salvación de todos los seres humanos, la voluntad de Dios es que todos nos salvemos. (cf. 1 Tim. 2, 4). El que no se salva es porque no desea salvarse, pues Dios nos proporciona todas las gracias que necesitamos para nuestra salvación eterna... a todos. (cf. 1 Cor. 10, 13). El apóstol que es un verdadero orante reconoce las inspiraciones del Señor y sabe esperar las circunstancias y las personas que Él va poniendo en el camino para actuar según los designios divinos y no según los propios. Dios sabe cuándo llama a cada uno de sus hijos. Tal vez la llamada de conversión para nuestros familiares y amigos venga en el momento que menos lo esperamos y a través de impredecibles circunstancias. Y cuando al apóstol que es orante le llega el momento de actuar, de evangelizar, de socorrer, de consolar o de cualquier tarea que el Señor le indique, no teme las dificultades, no se arredra ante los peligros, no se cansa con las exigencias, no retrocede ante las vicisitudes.
Necesidad de prevenir la incorporación al Satanismo y de rescatar a los que ya hayan caído: Los padres, maestros, hermanos y amigos podemos prevenir a que nuestros allegados y conocidos caigan en el Satanismo, advirtiendo del peligro de la música maligna, de los juegos demoníacos, del interés por lo ocultista y los poderes satánicos, etc. Por los que ya hayan caído en este horror hay que orar, y orar mucho, haciendo penitencias y ofreciendo ayunos y sacrificios por ellos. Muy importante es hacer celebrar Misas por su conversión y salvación. Y esperar que el Señor vaya actuando, pues nadie entra al Satanismo si no lo desea, y tampoco nadie sale de ese horror, si no lo desea “decididamente”. Con lo extendido que está este fenómeno, hay que estar vigilantes ante signos de violencia inusitada, comportamientos extraños, uso exclusivo y predominante de ropa negra, prendas ocultistas, fascinación con la muerte, interés en películas y literatura satánicas, colección de objetos macabros (huesos, cráneos, etc.), amenazas de suicidio, etc.
Obligación de los católicos de evangelizar y necesidad de defender la fe (Apologética). (Catecismo de la Iglesia Católica 863) De acuerdo al Catecismo, todos en la Iglesia, Sacerdotes, Monjas y laicos tenemos la obligación de evangelizar, de hacer apostolado, de llevar el mensaje de salvación para la extensión del Reino de Dios. El Concilio Vaticano II dedicó un documento al Apostolado de los Seglares “Apostolicam Actuositatem”: Nos dice que el apostolado de los seglares “nunca puede faltar en la Iglesia” (AA#1), que los seglares deben “impregnar y perfeccionar todo el orden temporal con el espíritu evangélico” (AA#5), Deben “ejercer su apostolado en el mundo a manera de fermento” (AA#2) y, aunque “la fecundidad del su apostolado depende de su unión vital con Cristo” (AA#4), deben formarse muy bien (cf. AA#29) para revelar al mundo el mensaje de Cristo, no sólo con el testimonio de la vida cristiana, sino también con la palabra (cf. AA#6).
CONCILIO VATICANO II Apostolicam Actuositatem #6. La misión de la Iglesia tiene como fin la salvación de los hombres, la cual hay que conseguir con la fe en Cristo y con su gracia. Por tanto, el apostolado de la Iglesia y de todos sus miembros se ordena en primer lugar a manifestar al mundo con palabras y obras el mensaje de Cristo y a comunicar su gracia. Todo esto se lleva a cabo principalmente por el ministerio de la Palabra y de los Sacramentos, encomendado en forma especial al Clero, y en el que los seglares tiene que desempeñar también un papel de gran importancia para ser “cooperadores de la Verdad” (3 Jn. 8). En este orden, sobre todo, se complementan mutuamente el apostolado seglar y el ministerio pastoral, son innumerables las ocasiones que tienen los seglares para ejercitar el apostolado de la evangelización y de la santificación, el mismo testimonio de la vida cristiana y las obras buenas realizadas con espíritu sobrenatural tiene eficacia para atraer a los hombres hacia la fe y hacia Dios. Lo avisa el Señor: “Así ha de lucir vuestra luz ante los hombres que, viendo vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre que está en los Cielos” (Mt. 5, 16).Este apostolado, sin embargo, no consiste sólo en el testimonio de vida. El verdadero apóstol busca ocasiones para anunciar a Cristo con la palabra, ya a los no creyentes, para llevarlos a la fe; ya a los fieles, para instruirlos, confirmarlos y estimularlos a mayor fervor de vida... En el corazón de todos deben resonar aquellas palabras del Apóstol: “¡Ay de mí si no evangelizare!” (1 Cor. 9, 16). Mas, como en nuestra época se plantean nuevos problemas y se multiplican errores gravísimos que pretender destruir desde sus cimientos la religión, el orden moral e incluso la sociedad humana, este santo Concilio exhorta de corazón a los seglares a que cada uno, según las cualidades personales y la formación recibida, cumpla con suma diligencia la parte que le corresponde, según la mente de la Iglesia, en aclarar los principios cristianos, difundirlos y aplicarlos certeramente a los problemas de hoy”. Ahora bien, hacer apostolado es primeramente orar, orar sin desfallecer, pues la oración, la verdadera oración, lejos de replegarnos sobre nosotros mismos nos impulsa a la acción. El apóstol seglar de estos tiempos tiene que ser como los primeros cristianos: que su acción brote de la oración. Ellos evangelizaron el mundo de su época. Los seglares hoy tienen que realizar la “Nueva Evangelización” a la que nos llamó el Papa Juan Pablo II en este mundo tan convulsionado y tan alejado de Dios. Y he aquí lo que nos dijo el Papa Juan Pablo II sobre la oración y el apostolado: “También hoy la oración debe ser cada vez más el medio primero y fundamental de la acción misionera en la Iglesia” porque “la auténtica oración, lejos de replegar al hombre sobre sí mismo o a la Iglesia sobre ella misma, le dispone a la misión, al verdadero apostolado” (JP II, 18-3-96 y 4-10-86).
+ ¿Qué hacer cuando somos abordados por alguno perteneciente a una Secta o grupo religioso?
Primero hay que tener en cuenta que no es lo mismo el proselitismo de las sectas que el apostolado católico. Al Católico lo que le preocupa es salvar al hombre, a la persona, lo que mueve al evangelizador católico es el deseo de llevar la Verdad que es Cristo a todo el que la quiera oír; no lo mueve el ganar adeptos por simple proselitismo. El evangelizador presenta la fe, si el interlocutor no acepta el mensaje, está desperdiciando la gracia; pero el apóstol ha cumplido lo que Cristo le pide.
Orar, toda acción apostólica parte de la oración. En la medida de lo posible, tomar la iniciativa en el diálogo: no dejar que los equivocados nos repitan su guion. Con mucho respeto, pero con gran convicción, demostrar que la Iglesia Católica es la única fundada por Dios mismo: todas las demás, religiones o sectas son fundadas por hombres; esta idea es vital y es indispensable comunicarla. Adicionalmente, informarle que la plenitud de los medios de salvación están en la Iglesia Católica, fundada por Cristo al instituir a San Pedro como el primer Papa y continuada a través de 265 Papas, hasta el Papa actual; adicionalmente conversar acerca de los mutuos testimonios de conversión, de vivencia de la gracia, etc. No se puede pensar que, basados en un ecumenismo mal entendido, tenemos que ser pasivos en la defensa de la verdad y aceptar los errores del interlocutor como irremediables, so pena de parecer irrespetuosos.